martes, 18 de febrero de 2014

Manicomio.

Yo no puedo escribir, es por eso que dejo esta grabación a mi confidente, confío en que ella, sí, así es, ella, hará lo correcto con dicha cinta. Me atemoriza la muerte, no puedo estar de pie sin lanzarle un reto y fallar en el intento. Detrás de sus ojos negros y huecos se encuentra el vacío, infinidad de figuras femeninas con sexo de hombre, voces que resuenan en eco dentro de su cuerpo, llegan a mí desde su cráneo hasta mis oídos, tonos barítonos y agudos.  Apenas ha pasado un minuto, escucho pasos, yo sé que es Lorenzo. 


(Fin de la grabación).




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