Mis dedos sobre el teclado, trato
de encontrar una letra, una palabra que empiece con dicha letra, pienso en “malvavisco”, tus labios rosando el color rosa de un
malvavisco, pienso en tus dientes blancos, en tu mandíbula abierta a metros de distancia,
lejos de la mía, te imagino en Rusia, caminando por las calles de Moscú,
admirando las “casas-cebolla” como solías llamarlas. Abres la boca, tu lengua
palpita mientras se acerca al color rojo de la plaza, me devoras, pronuncias mi
nombre lamentándote, quieres morir, Moscú se enciende, está nevando, es de noche,
la Plaza Roja te devora, quedó sangre, quedaron malvaviscos, prepararé un café.
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